100 días de fracaso

100 días de fracaso

Por lo general no acudo a ese rasero abstracto de evaluar un gobierno por sus primeros 100 días, pues considero que es poco proporcional entendiendo lo que implica la ponderación del estado en el que se encuentra una entidad territorial y esa transición a una nueva administración. Sin embargo, el mandato de Alexander Baquero en estos primeros meses se ha caracterizado por un actuar sistemático; el de la improvisación, la arbitrariedad, el cinismo, la hostilidad y la ridiculez. Y no me detendré de forma amplia en las insulsas jornadas de “embellecimiento” como medida desesperada de pretender visibilizar que se “está haciendo algo”; porque ya lo hice en una columna anterior. No obstante, no dejaré de insistir en que ha sido una táctica de censura y una muestra de poderío para desviar el foco mediático y así evitar múltiples discusiones de problemas estructurales como la inseguridad, el desastroso estado operativo de instituciones educativas, la precarización laboral, los altos índices de accidentalidad vial y la crisis de salud mental del municipio.

Una de las razonas por las cuales en esta ocasión apelo a tomar como excusa esta evaluación de los “100 días” es porque incluso desde antes de iniciar su gobierno, Baquero vociferó en una rueda de prensa que saldría a interponer acciones legales en contra de la administración de Felipe Harman por no haber podido realizar satisfactoriamente el proceso de empalme. Han pasado más de tres meses y las denuncias no han sido radicadas, de hecho, Baquero se ha negado a publicar un informe detallado de dicho empalme. Para colmo, en una reciente respuesta a un derecho de petición expuso que no era posible entregar la información porque la tercera etapa del empalme no había finalizado, pero eso no es más que una leguleyada mediocre, pues el marco normativo que la misma alcaldía cita establece que en esa etapa –que va de enero a marzo– nada tiene que ver la administración saliente. Por lo que no hay más motivos dilatorios para proceder con las denuncias: ¿Como Irina cuidó los votos de Baquero ahora él cuida a Harman?

El derrotero de Baquero ha sido su imperiosa necesidad de demostrar el politiquero retrógrado que es; desde la obstaculización del acceso a la información, pasando por las medidas inconstitucionales de prohibir el consumo de sustancias psicoactivas en el espacio público omitiendo el marco normativo nacional y promoviendo la arbitrariedad de la fuerza pública que persigue a personas consumidoras en parques, plazas y plazoletas mientras los indicadores de homicidios, hurtos, amenazas y desplazamientos forzados van en aumento, hasta su mayestático delirio de expedir el Decreto 096 de 2024 para reglamentar el procedimiento de las “condecoraciones” del municipio; un refrito tradicionalista de la mayoría de administraciones para homenajear valores como “la solidaridad, coraje, honor, honestidad, liderazgo y superación” con la “Orden al Mérito de Villavicencio” y su “Guardián de la Orden” –que es el alcalde– y que establece siete categorías: “1. Gran Cruz de Oro, 2. Gran Cruz, 3. Gran Oficial, 4. Comendador, 5. Oficial, 6. Caballero, 7. Categoría al Buen Servicio”, con sus respectivos artilugios: cadenas en baño de oro, plata o bronce, bandas, botones, medallas, joyas y demás rimbombancias trasnochadas dignas de un anacrónico como Alexander.

Y como si la andanada de sinsentidos de Baquero no fuera suficiente; desde el discurso de posesión ya había anunciado el regreso de las cabalgatas a la ciudad, algo que materializó el pasado cuatro de abril y cuyo resultado fue el que se podía predecir por sus habituales despropósitos: accidentes, caballos heridos, caos vehicular, funcionarios y funcionarias públicas ingiriendo bebidas alcohólicas –incluida la gobernadora del Meta–, pese a que Alexander había expedido el tres de abril el Decreto 099 de 2024 que –entre otras cosas– prohibía el consumo de bebidas alcohólicas en la cabalgata, pero extrañamente fue algo que olvidó, porque en una entrevista aseveró que: “yo como alcalde no puedo prohibir el consumo de licor”, al parecer Baquero no sabe ni lo que firma. El balance fue positivo; según el desvarío pomposo de Baquero, de hecho, aseguró que le dará continuidad a ese tipo de eventos y también hizo un llamado a las personas que lo critican a que no se fijen en “minucias”.

Van 100 días de fracaso, solo quedan 1361.

*Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición del medio.

David Díaz

David Díaz

Arquitecto, veedor de la Veeduría Popular de Villavicencio y cocreador de Vértice: un pódcast de crítica y opinión sobre arquitectura y ciudad.

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