Su poder decisivo no termina en las urnas

Su poder decisivo no termina en las urnas

Desde el inicio hemos manifestado de forma clara nuestra posición editorial, pese a esto; cuando publicamos columnas críticas analizando el panorama electoral de Villavicencio y el Meta –o exponiendo campañas desde las caricaturas, la sátira y la argumentación– se nos asocia con alguna casa politiquera. Algo risible, pues no se ponen de acuerdo en cuál “bando” estamos. Según muchos comentarios somos “Petristas”, algunos otros manifiestan que no, que realmente somos una bodega “Uribista”, ha llegado a tal punto la ridiculez que, en varias ocasiones, hemos pasado de ser “Zuluaguistas” a “Harmanistas”; como si esas mierdas existieran.

También hemos leído que “pecamos por omisión”, pues hay candidaturas de las que ni hablamos; y es cierto, pero no es que lo hagamos con la intención de “favorecerles” o porque coincidamos con sus ideas. Simplemente son tan irrelevantes –ya sea en las encuestas, en la opinión pública o con sus propuestas idiotas– que ni se merecen un párrafo. Y sí, son la gran mayoría. No vamos a poner el foco en gente que afirma que los territorios requieren “gerentes y no políticos”; esas candidaturas que pretenden equiparar una empresa con el municipio o el departamento. Eso no es más que un lugar común absurdo ante la evidente polarización que vive el país. Pero no, el problema no es la polarización, esa es solo una de las tantas consecuencias del problema real; la desideologización de la política.

Y la verdad es que no estamos en ninguno de los “bandos” en los que algunas personas nos encasillan, sin embargo, sí tenemos una postura frente a las elecciones territoriales de este domingo 29 de octubre. De forma categórica les decimos que no apoyamos ni coincidimos con candidatura alguna –ni a la gobernación del Meta, ni a la alcaldía de Villavicencio–, no existe una sola propuesta con bases sólidas, pensada y estructurada desde el reconocimiento del territorio, desde la juntanza con las comunidades, por el contrario; son apuestas mediocres, con diagnósticos repetitivos, proyectos grandilocuentes y programas de gobierno vendidos al mejor postor, con obras preconcebidas y ofertadas al reducido gremio de contratistas “bendecidos” de la región y alguno que otro charlatán.

Ya queda claro que no tenemos la intención de “favorecer” la imagen de alguna candidatura. Lo que sí nos parece necesario es propugnar un voto consciente, pese al acaparamiento de las maquinarias, la manipulación de los medios de comunicación y las enormes cantidades de dinero que abundan por estos días y que van de mano en mano de liderazgos insulsos; recuerde que su poder decisivo no termina este domingo después de votar y elegir “representantes”. Aunemos esfuerzos desde lo comunitario, promovamos ese sentido de asociación que posibilita un constante diálogo para hacer un control social efectivo y así incidir activamente en la toma de decisiones.

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Una piedra en el zapato

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