Festival de Verano Río Guatiquía: millones, clasismo y un alcalde ausente

Festival de Verano Río Guatiquía: millones, clasismo y un alcalde ausente

#Opinión

16/01/2025

Por: José Vargas

Politiqueros, contratistas y sus esbirros tomando aguardiente en la calle, ruido en todas partes, gente metida en el Guatiquía, chorizos, mazorca asada, fritanga, empanadas, licor, borrachos, peleas, apuñalados, la Policía corriendo de un lado al otro, orines, mierda en la calle, basura, rolos con sandalias y plata, mucha plata desde lo público. El escenario es el Festival de Verano Río Guatiquía, un conocido pretexto para que se contraten eventos, bandas musicales, cantantes y logística por medio de los mismos de siempre, los amigos del alcalde y sus patrocinadores.

La Alcaldía de Villavicencio trabajó arduamente en los contratos y no escatimaron en gastos, porque la reactivación económica que inició desde la pandemia es una frase que ahora los políticos repiten cuando tienen que gastar dinero público. Aunque no se sabe con certeza a quién beneficia esa reactivación, si a los grandes empresarios de las regiones por medio de contratos o si a doña Esther con su puesto de mazorcas que el lunes siguiente vuelve a su rutina de desempleada.

Por ejemplo, entre el municipio y la Corporación País, Región y Desarrollo -Corpadesarrollo- se firmó un contrato $975.808.000 de pesos para la presentación de los artistas en el marco del festival. Entre ellos se encuentran agrupaciones y cantantes como Golpe a Golpe, Kevin Flórez, Rikarena, Felipe Peláez, Andy Rivera, Checo Acosta, Jhony Rivera y Mr. Black. Entre Andy, Jhony Rivera y Peláez la suma asciende a $362.428.360.

Desde luego, la banda de esbirros que defenderá a Baquero saldrá a decir que esos millones no son nada, que en otros municipios se han gastado más y que el contrato está limpio y no tiene ningún vicio. Uno de ellos es el concejal de la ciudad Omar López, quien publicó un video argumentando que el turismo después del petróleo es el sector que más ingresos le genera a la región, lo cual es cierto, pero ingresos no significa beneficios generales a la población; como acceso al agua, alcantarillado y salud.

Video publicado el 14 de enero de 2025.

Luego habló de “población vulnerable”, celebrando que esas personas van a poder ver a artistas que nunca han podido ver, es decir, a la misma población que menos recibe por parte del Estado le darán un placebo de tres días. ¿Cuando el concejal habla de “población vulnerable” se estará refiriendo a gente empobrecida y sin garantía de acceso a derechos básicos que habitan las márgenes del Guatiquía?

Por último, aseguró que esos eventos posicionan al río Guatiquía como un atractivo turístico, pues tal parece que no se cumplió esto, porque al finalizar el pasado festival no se vieron los turistas y el río volvió a quedar en el olvido. No hubo hordas de bañistas con chancletas, ollas para sancocho, pelotas inflables y los parlantes a todo volumen ofreciendo chicharrón y fritanga, lo que se observó fue máquinas extrayendo material y mucha mierda: porque el amado río es uno de los vertimientos de aguas residuales de Villavicencio. Cuando finalizó el festival del año pasado la administración le siguió dando la espalda al Guatiquía y a su gente.

El municipio que quiere recibir a cientos y miles de visitantes debería invertir mucho más en su red semafórica para que el turista pueda conducir a gusto y seguro por las calles infestadas de cráteres, en los cuales se podría bañar la gente a placer para que desde la tranquilidad del agua empozada vigile sus pertenencias muy de cerca porque la ciudad está entregada a la delincuencia; y la Policía -por órdenes de Baquero- persiguiendo arbitrariamente a los fumadores de marihuana mientras la criminalidad no da tregua.

La ciudad turística del futuro que el alcalde y sus esbirros vaticinan y sueñan, es un lugar que garantice el agua potable de manera ininterrumpida a los y las habitantes de la ciudad y a los hoteles. Qué hermoso sueño ese. A decir verdad, la maquinaría que debería estar trabajando en obras del municipio lleva días en las playas del río para el dichoso festival, para que los “vulnerables” se regocijen durante tres días, para que los hoteles se abarroten, para que los restaurantes no tengan una sola mesa vacía y para que los operadores de turismo que trabajan todo el año en el río tengan un fin de semana inigualable.

La administración de Baquero tuvo los contratos para el festival a tiempo, los artistas confirmados, las reuniones de seguridad con la fuerza pública sin dejar nada al azar, cada dependencia trabajando a toda marcha para tres días; mientras los niños, niñas y adolescentes de la ciudad ingresarán una semana tarde a estudiar porque el contrato del PAE no estuvo listo a tiempo, pero Mr. Black y su serrucho estarán para hacer las delicias de la gente “vulnerable”.

Hay otros en redes sociales que hablan de competitividad, porque está de moda hablar de reactivación y esas cosas rimbombantes que nos dejó la pandemia. Pues bien, Villavicencio -desde que el Consejo Privado de Competitividad hace su ranking anual- nunca ha superado el puesto 16 y en el 2024 descendió al puesto 19.

El año pasado el alcalde más rumbero de la historia promovió como pocos las fiestas, las cabalgatas, las rumbas y se destinaron buenos milloncitos para esos fines. En el 2024 se gastaron más de cinco mil millones de pesos en fiestas mientras manipuladoras de alimentos del Programa de Alimentación Escolar exigían el pago por su trabajo realizado, hubo denuncias por la entrega de alimentos en mal estado e incluso casos en los que solo se distribuía un promedio de cinco raciones del PAE en aulas con 27 o más estudiantes.

El Festival de Verano Río Guatiquía empieza el 17 de enero y durará tres días, pero lo que se espera es que la ciudad encuentre respuestas de su alcalde, que rumbee menos y que su equipo de trabajo se concentre en resolver problemas estructurales como el acceso a agua potable. El río Guatiquía seguirá siendo bondadoso, recibiendo gente con sus actividades para que después sea olvidado por un año más y la gente “vulnerable” anhele de nuevo el mes de enero para tener a sus artistas favoritos muy cerca. 

*Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición del medio.

José Vargas

José Vargas

Estudió periodismo para preguntar porque nunca entiende nada y no sabe nada, por admiración a Jaime Garzón y por creer que alguien tiene que contar la historia. Por convicción es cuentista y novelista, más y mejor lo primero que lo segundo. Escribió su primera novela inspirado en el Llano colombiano e influenciado fuertemente por el tiempo, el territorio y el realismo. El susurro de las tripas fue publicado en tiempos de pandemia con Nueve Editores, editorial con la que repitió su segunda novela, El peso de la guitarra. Desde inicios del año 2023 está exiliado en Argentina, en donde escribió su nueva novela Las tareas de Simón, un acercamiento al estilo surreal e informal que ha buscado por años.

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