Desde antes de posesionarse como alcalde de Villavicencio, Alexander Baquero expuso en sus redes sociales y en ruedas de prensa las complejidades que tuvo para hacer un empalme eficiente con la administración saliente de Felipe Harman, de hecho, aseveró que múltiples secretarías no le suministraron la información requerida, afirmó que muchos procesos contractuales no se encontraron cargados de forma correcta en las plataformas de contratación pública, manifestó los enormes problemas de varias obras por la improvisación y –lo clave en este asunto– aseguró que instauraría las denuncias correspondientes en contra de la administración de Harman.

Las problemáticas que encontró Baquero no las pongo en duda, pues durante los cuatro años de la mediocre administración de Harman; fue constante la obstaculización de acceso a la información y el torpedeo a los procesos de control social. Sin embargo, lo esencial en este caso es que Alexander publique el informe detallado de dicho empalme donde soporte esas irregularidades y que –como lo anunció vehementemente en muchos espacios– radique las denuncias ante las entidades de control.

Sin embargo, la postura de Alexander Baquero ha sido la de encubrir a Felipe Harman; una vez posesionado se le solicitó a Baquero el informe de empalme y copia de las denuncias y se negó a entregarlas. La vaga argumentación de la administración fue que “el empalme no ha terminado”, lo cual no es cierto; el Concepto 43261 de 2019 del Departamento Administrativo de la Función Pública es claro en establecer que las etapas del empalme con la administración saliente van hasta diciembre, ya que, la etapa posterior –que es la que va de enero a marzo– es para: “la apropiación y uso de los contenidos del informe de empalme por parte del nuevo gobierno territorial, con el fin de garantizar la continuidad de los servicios básicos a la ciudadanía y la correcta ejecución de los procedimientos administrativos y financieros de la administración para mitigar los traumatismos asociados a los cambios de gobierno”.

Según las etapas establecidas por el marco normativo nacional para la realización del empalme, Baquero ya debe tener la claridad suficiente para poder tomar las acciones legales que tanto ha anunciado, pero a la fecha no ha instaurado ninguna denuncia en contra de la administración de Harman. Alexander reculó y algo quiere ocultar; así se pudo evidenciar en una reciente entrevista en la que su postura cambió, ahora lo que dice es que: “no quiero cazar esa situación de dedicarme a leer, a estudiar y a presentar a los órganos de control –lo hemos hecho– y hemos dicho muchas ‘cositas’ que finalmente son los órganos de control si las toman o no las toman”. Lo cierto es que ninguna denuncia ha sido instaurada, ese es el nivel de mediocridad de Alexander Baquero, un politiquero que sobresimplifica todo y que en nada quiere profundizar; ese mismo que se jactaba de su “experiencia administrativa” y que ahora no se quiere dedicar a “leer y a estudiar”, una excusa insulsa porque lo que realmente está haciendo es encubrir a su antecesor.