Creemos una Red Comunitaria de Jardines Botánicos de Villavicencio

Creemos una Red Comunitaria de Jardines Botánicos de Villavicencio

#Crónica

19/06/2025

Por: Ómar Eduardo Gómez Reina

Preliminares

Desde hace años rondaba este asunto. Desde pequeño camino, observo y tomo nota de lo que sucede en Villavicencio, mi ciudad, un paradójico terruño de piedemonte. Percibo que la “Villavo” de mi infancia, la de finales de los años setenta y comienzos de los ochenta, era un lugar en términos generales más amable. Muchos amigos locales y visitantes con quienes hablo de ello comparten dicha impresión. Coincidimos en que esa experiencia de amabilidad guardaba una estrecha relación con la frescura, belleza y demás bondades de esa particular convivencia con el universo de lo vegetal que ahora mismo languidece, se marchita en plena crisis climática, en días y temporadas recurrentes de sofocante calor.

Dos antecedentes de mi propuesta de creación de una Red Comunitaria de Jardines Botánicos de Villavicencio se encuentran en el año 2010. Entonces tuve oportunidad de coordinar en el departamento del Meta un programa de la Biblioteca Nacional de Colombia: “Súmese a la expedición botánica: un proyecto de memoria local en las bibliotecas públicas de Colombia”. El objetivo de esta convocatoria que conmemoraba el aporte científico del sabio José Celestino Mutis a la nación colombiana era estimular en nuestros campos y ciudades la observación e investigación de entornos naturales, vida cotidiana y prácticas culturales regionales para luego compartirlas, en forma de artículos elaborados por los mismos pobladores locales a través de su publicación artesanal y digital en un dominio web de la biblioteca.

Libro del proyecto “Súmese a la expedición botánica”. 2010. Foto: Ómar Eduardo Gómez Reina.

Esta experiencia viajera y etnográfica por excelencia me motivó a plantearle ese mismo año al Instituto Departamental de Cultura del Meta, IDCM, el proyecto Súmese a la expedición botánica con artistas del Meta. En esta convocatoria participaron los siguientes creadores de diferentes cortes generacionales: Cristina Perdomo, Sandra Monroy, Úrsula Mendoza, Dreier Salamanca, César Vega y quien escribe estas líneas. Se trataba de emprender excursiones atentas y diálogos reflexivos in situ, en diferentes escenarios rurales y semirurales que pudiesen aportar elementos sustanciales a los procesos creativos de cada participante. Con el modesto apoyo recibido visitamos diferentes parajes de los municipios de Granada, Lejanías, Mesetas y Barranca de Upía. En cada una de las localidades visitadas pude experienciar y documentar una serie de antejardines con una admirable caracterización biocultural, hecho que resonó de inmediato con mi propia historia antejardinera.

Antejardín en el casco urbano de Barranca de Upía, Meta. Fotografía del proyecto de investigación-creación “Antejardines de Villavicencio y el Meta”. 2010. Foto: Ómar Eduardo Gómez Reina.

Desde hace cincuenta años habito en el barrio El Virrey, en una casa que también es mi lugar de trabajo y mi taller de investigación–creación artística y transdisciplinar. Por extensión afectiva con el asunto que da origen a esta crónica, desde aquel 2010 decidí bautizar este lugar con el nombre de “elantejardín”. Desde 2009 trabajo también en un proyecto de investigación–creación denominado “Antejardines de Villavicencio y el Meta”.

“elantejardín”. Calle 46, No. 52-47, Villavicencio, barrio El Virrey. 29 de diciembre de 2023. Foto: Ómar Eduardo Gómez Reina.
“elantejardín”. Calle 46, No. 52-47, Villavicencio, barrio El Virrey. 31 de diciembre de 2023. Foto: Ómar Eduardo Gómez Reina.

Antejardín del barrio El Virrey. 18 de julio de 2025. Foto: Ómar Eduardo Gómez Reina.

En octubre de 2011 participé con una muestra fotográfica parcial de este proyecto en la exposición “Muestras de Laboratorio”, realizada en el Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo de la Quinta de San Pedro Alejandrino, en Santa Marta. Esta muestra, con curaduría de Diana Camacho y Mariangela Méndez, hizo parte del programa de Laboratorios de Investigación–Creación de Artes Visuales del Ministerio de Cultura.

La pregunta

En medio de andaregueadas –algunas con mi amigo, el antropólogo Andrés Francisco  Garzón Camacho–, entre antejardines, separadores de avenidas, parques barriales, espacios adyacentes a locales comerciales y rondas de cuerpos de agua irrespetadas o respetadas a medias, reflexioné: si los jardines botánicos son lugares destinados al encuentro, a la preservación, a la investigación científica y cultural inter y transdisciplinar, a la divulgación y comprensión ecosistémica alrededor de diferentes especies vegetales, y si por causa de la ineptitud gubernativa local no contamos aún en la ciudad de Villavicencio con un jardín botánico funcional, abierto sin interrupciones y más allá de la retórica de las promesas politiqueras, entonces, ¿no será más bien que está en nuestras propias, autogestionarias y determinadas manos sembradoras hacer posible no solo uno, sino un repertorio amplio de jardines botánicos planteados desde la misma sociedad civil, tomando como punto de partida los significativos esfuerzos ya materializados por diferentes actores sociales: familias, amas de casa, grupos de vecinos y demás actores sociales que quieran sumarse a la creación de una red de este tipo de espacios?

Los sucesos activadores

La mañana del miércoles 23 de octubre de 2024 recibí una llamada telefónica de mi amiga Tatiana Vivas Perdomo. Me contó que unos vecinos nuevos en su barrio, el Santa Josefa Civil, llegaron con una actitud del todo enemistada con el parque de la cuadra. Talaron allí de modo arbitrario varios árboles y estaban empecinados en hacer del lugar un césped con algunas plantas que según ellos no deberían superar un metro de altura. Este parque es un espacio que Tatiana misma, bióloga de la Universidad Nacional de Colombia, y su mamá, nuestra entrañable amiga y veterana ambientalista, Cristina Perdomo, cultivan y protegen con esmero desde hace más de treinta años. Tatiana me expresó que, además de considerar las correspondientes acciones legales a ejercer en estos casos, también se comunicó con diferentes amigos que pudieran aportar ideas en lo posible creativas que derivasen en acciones colectivas tendientes a una dinámica de apropiación social y salvaguarda del parque.

Esa llamada me activó un recuerdo. En abril de 2023 la Alcaldía de Villavicencio, la administración de Felipe Harman, inauguró con un amplio despliegue en las redes sociales una obra de “renovación” del Parque Infantil que incluyó una supuesta mejora de su jardinería, acción que a la postre resultó en una mediocre intervención paisajística que omitió de plano la notable diversidad florística del piedemonte llanero, una intervención injustificable si se tiene en cuenta que las secretarías de medio ambiente de las alcaldías son instancias gubernamentales que tienen acceso a la asesoría de profesionales en biología, ingeniería ambiental, ingeniería forestal, arquitectura e ingeniería agronómica. Mi indignación frente a esta chapuza institucional y, de otra parte, la llamada en busca de ayuda para el caso del parque del Santa Josefa Civil me convencieron sobre la pertinencia de compartir sin vacilación la propuesta que aquí me ocupa.

—Sí, Tatiana, tengo una idea. Se trata de crear la Red Comunitaria de Jardines Botánicos de Villavicencio.

El día siguiente a la llamada, el jueves 24 de octubre de 2024, a las 10:00 a. m., Tatiana Vivas Perdomo, la arquitecta Luisa Fuentes y el suscrito dimos comienzo a la iniciativa. Tatiana diseñó unas escarapelas de identificación. Creamos entre los tres una ficha de ingreso para cada proyecto de jardín botánico y realizamos la primera actividad de reconocimiento, evaluación y documentación en el parque mencionado.

Parque Santa Josefa Civil. Tatiana Vivas Perdomo y Luisa Fuentes en la primera sesión de la Red Comunitaria de Jardines Botánicos de Villavicencio. Jueves 24 de enero de 2024. Foto: Ómar Eduardo Gómez Reina.

Otro de los sectores de Villavicencio con mayor potencial jardinero botánico comunal –hecho corroborado a través de reconocimiento etnográfico–, sin duda alguna lo constituye el conjunto de barrios correspondientes a Montecarlo, Villa del Oriente, Villa Milena, Álamos, Catumare y San Jorge, en la Comuna 8. Y así, la ciudad en todas sus direcciones cuenta con similar o igual interés biodiverso. Téngase en cuenta que, desde mediados del siglo XIX, a través de diferentes expediciones y proyectos científicos de largo aliento –v. gr. el viaje del naturalista Édouard André en 1875-1876, el trabajo entomológico de Nancy Bell y Marston Bates en la década de 1940, el de Leopold Richter en los años 50 y las investigaciones herpetológicas de Federico Medem entre los años 60 y 80–, el piedemonte de Villavicencio es reconocido como un auténtico punto caliente en términos biológicos.

Jardín cultivado por la señora Helena Caicedo en el barrio Montecarlo. Jueves 13 de marzo de 2025. Fotos: Ómar Eduardo Gómez Reina.

La propuesta sigue abierta

Ojalá que el fantasmal, el gubernamental, el abandonado Jardín Botánico de Villavicencio, creado jurídicamente por la Gobernación del Meta a través del Decreto 819 del 13 de diciembre de 1983, localizado en el barrio La Azotea y disponible al público apenas por temporadas gracias a la desidia politiquera, algún día de modo profesional abra sus puertas y nunca las vuelva a cerrar. Cuando esto suceda invitaremos entonces a dicho “Centro de Ciencia y Tecnología” a que haga parte de nuestra Red Comunitaria de Jardines Botánicos de Villavicencio, una red planteada de manera independiente por la misma sociedad civil, sin el amparo de la consuetudinaria corruptela.

Se trata de una tarea de largo aliento que requiere dedicación, cariño y paciencia. Quienes cuidamos y compartimos experiencias vitales alrededor del universo de las plantas comprendemos que las transformaciones de lo florístico no suceden en un abrir y cerrar de ojos.

Parque Santa Josefa Civil. Luisa Fuentes y Ómar Eduardo Gómez Reina en la primera sesión de encuentros de la Red Comunitaria de Jardines Botánicos de Villavicencio. Jueves 24 de enero de 2024. Foto: Tatiana Vivas Perdomo.

Esta propuesta de red –no jerárquica, rizomática, descentralizada, micropolítica–, es articulable, puede crecer en diferentes direcciones en torno a una posible red departamental, a una red nacional, o a redes internacionales de jardines botánicos comunitarios o institucionales. Bienvenidas y bienvenidos.

Ómar Eduardo Gómez Reina

Ómar Eduardo Gómez Reina

Artista plástico, investigador, curador. Ha desarrollado su obra a través de múltiples medios expresivos: pintura, fotografía, dibujo, grabado, trabajo instalativo, performance y música experimental. Desde su época de estudiante, su producción simbólica ha sido objeto de reconocimiento académico y profesional con distinciones en certámenes definitorios para el campo del arte nacional y regional tales como el Salón Francisco Antonio Cano -Universidad Nacional-, el Salón Nacional de Arte Joven -Galería Santafé del Planetario Distrital-, el programa expositivo Arte Joven -Museo de Arte Moderno de Bogotá-, el Salón Regional de Artistas zona centro y zona Orinoquia –Ministerio de Cultura-, el programa Salón Nacional de Artistas –Ministerio de Cultura-, el programa expositivo Imagen Regional –Banco de la República-, el Salón Nominados -Fundación Gilberto Alzate Avendaño-, la Semana Latinoamericana de Arte independiente y el Premio Departamental de Artes Plásticas del Departamento del Meta entre otros. Autor del libro Los relatos del anónimo cronista de montes y de la investigación curatorial Los Llanos Orientales de Colombia en la Colección de Arte del Banco de la República.

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