El tiempo de Dios es perfecto, clasista y violento

El tiempo de Dios es perfecto, clasista y violento

#Opinión

10/04/2025

Por: David Díaz

Alexander Baquero –como la mayoría de politiqueros– es un cúmulo de lugares comunes, de hecho, se enorgullece de los mismos. Desde su llegada a la alcaldía uno de los más reiterados ha sido relacionar la expresión trivial “El tiempo de Dios es perfecto” con su mediocre consigna “Ha llegado un nuevo tiempo para Villavicencio”; una frivolidad que parece servirle para reforzar su demagógico y vociferado “cristianismo”, para consolarse por la derrota del 2019 bajo el refrito de creer fervientemente en los designios de su deidad o para expiar las culpas por sus habituales comportamientos clasistas y violentos. En múltiples ocasiones el actuar hostil del alcalde ha quedado en evidencia, hace unos meses sinteticé en una columna su agresivo despliegue discriminatorio contra habitantes de calle.

Recientemente ha intensificado la misma fórmula atrabiliaria para estigmatizar e intimidar a vendedores y vendedoras informales; el pasado 12 de febrero su administración inició una nueva arremetida retardataria con la publicación de un video, una pantomima deplorable en donde aparece una mujer sentada en su puesto de trabajo y llegan vendedores a ofrecerle algunos productos, a partir de la postiza imagen de una oficinista abrumada entra el director de espacio público –Carlos López– a hacer una pregunta con el ánimo de analogizar esa escena con lo que acontece en la ciudad: “¿Te imaginas llegar a tu espacio personal y que esté invadido de esta manera?” Algo que responde él mismo con frases laxas y sin la intención de complejizar la dinámica de ocupación del espacio público: “Esto es lo que siente nuestra ciudad al ver que durante cuatro años ignoraron esta problemática dejando crecer exponencialmente esta realidad. Esto no puede seguir pasando; la invasión del espacio público es un tema que desde esta administración le hemos dado autoridad, importancia y dedicación. Porque nuestra misión es mostrar a “Villavo la bella” más bella que nunca”. El video finaliza con un enunciado que mezcla la ligereza intelectual y la amenaza ramplona: “Respeta el espacio público como respetas tu propio espacio. No te expongas a una sanción social”.

Video publicado por la Alcaldía de Villavicencio el 12 de febrero de 2025.

Son muchos los elementos que se pueden problematizar de ese bodrio audiovisual: desde el rastrero recurso de imponer la narrativa de lo “ordenado” y lo “limpio” como lo “correcto” en un supuesto contraste con los vendedores y vendedoras; un simplista escenario dicotómico con el fin de estigmatizarles, hasta la analogía banalizada del “respeto” del espacio público como “espacio personal” con el objetivo de propugnar una sociedad que controle y vigile a partir del rechazo y la exclusión como base del prosaico concepto de la “sanción social”. Adicional a esa superficialidad argumentativa, es necesario complejizar la aseveración de que “durante cuatro años ignoraron esta problemática”; es cierto que el desgobierno de Felipe Harman se caracterizó por la ineptitud y que el Decreto 037 de 2022 –por medio del cual se reglamenta el aprovechamiento económico del espacio público– y el Decreto 104 de 2021 –que crea un programa estratégico denominado “Yo adopto” cuyo supuesto fin es adecuar, mantener y proteger el espacio público– son remedos normativos que solo intentan promover la apropiación privada del espacio público con un enfoque de especulación empresarial y no le brindan garantías reales a las vendedoras y vendedores informales.

Sin embargo, a la incompetencia de Harman se le debe adicionar las ingentes fallas del Plan de Ordenamiento Territorial – POT concebido y aprobado en la administración de Juan Guillermo Zuluaga y defendido por Alexander Baquero como concejal coordinador ponente de ese proyecto de acuerdo ante en Concejo Municipal de Villavicencio en el 2015; un cuerpo normativo con múltiples irregularidades, vacíos conceptuales y jurídicos. El POT de la ciudad no estableció una visión clara del espacio público, su uso, regulación y prospectiva, por el contrario –como muchos de los temas estructurales del municipio– lo dejó “para después”, ejemplo de esto fue lo establecido en su artículo 210 que determinó que en los siguientes dos años se debía formular el Plan Maestro de Espacio Público, documento que se adoptó hasta el 21 de noviembre de 2019 con el Decreto 541 –casi dos años adicionales al plazo estipulado inicialmente–, pero para colmo, el mal llamado “Plan Maestro” no es más que un conglomerado de premisas abstractas sin acciones puntuales; el predecible resultado de una norma estructurada sin participación ciudadana y bajo directrices tan mediocres como el alcalde de turno que lo adoptó: Wilmar Barbosa. Documento que durante los cuatro años de la administración de Harman se le solicitó revisar y modificar, pero su probada falta de compromiso con la ciudad se lo impidió.

Evidentemente ese video del director de espacio público de la administración de Baquero no es algo fortuito, hay una intencionalidad narrativa que la Alcaldía de Villavicencio reafirma constantemente; como la historia que se publicó el pasado 27 de febrero con la misma premisa estigmatizante que insiste en la amenaza de exclusión como mecanismo de amedrentamiento. La imposición discursiva también ha estado acompañada por acciones concretas con el propósito de desalojar a comerciantes informales de la Plaza Los Libertadores, de hecho, a inicios de marzo la Secretaría de Control Físico les informó que el lunes 10 de ese mes el parque se cerraría por unas obras de “remodelación”; dicha arbitrariedad no se llevó a cabo en ese momento.

Historia de la Alcaldía de Villavicencio del 27 de febrero de 2025.

Sin embargo, uno de los aliados de Alexander en el concejo se pronunció ese lunes; permitiendo prever la intencionalidad fáctica de lo que se pretende, el concejal Carlos Andrés Velásquez Cuéllar –del Centro Democrático– aseguró que es el comercio informal de la Plaza Los Libertadores quien “no quiere permitir” la obra de “remodelación” porque “ellos son los damnificados”, el politiquero no solo minimiza la realidad con su tufillo irónico al desconocer que un desalojo sí afectaría al comercio informal, también miente al decir que no quieren permitir la obra, de hecho, son las vendedoras y vendedores quienes han propuesto que la intervención infraestructural se haga por fases, lo que posibilita tanto el avance de la obra como la continuidad de su trabajo. El cúmulo de estulticias del concejal fue solo la antesala para legitimar uno de los hechos más violentos contra el comercio informal de Villavicencio y que quieren replicar: “Yo recuerdo que hace doce años en el gobierno de Juan Guillermo Zuluaga la decisión impopular fue salir a las calles a terminar con los que se aprovechan del espacio público y muchos de ellos eran vendedores informales. Y recuerdo también que salieron en sus camiones a recoger la gente y decían ‘no… es que están maltratando al pueblo’”. Según Velásquez eso no fue “maltratar al pueblo” sino decisiones impopulares para “mejorar” la ciudad porque él se apega al mismo relato de Baquero de la ciudad “bonita” y “organizada” que necesita “autoridad” y “orden”.

Fragmento de la sesión ordinaria del 10 de marzo de 2025 del Concejo Municipal de Villavicencio.

Alexander Baquero protagonizó el acontecimiento cúspide de la reciente andanada violenta contra comerciantes informales; en la mañana del primero de abril el alcalde se bajó de su camioneta blindada y acompañado por su esquema de seguridad increpó a Camila Cañón, una trabajadora del puesto de venta de frutas y verduras de doña Floralba Plazas ubicado en la entrada de La Madrid. Baquero abanderó su acostumbrada narrativa de superioridad; reafirmó su posición de poder insistiendo en que él es el alcalde: “Yo mando a recoger ¡Ya me mamé! Le hemos dicho a las buenas… Además, esto es espacio público y esto es de la comunidad”, inmediatamente formuló una pregunta que se respondió a sí mismo: “¿Ustedes creen que eso se ve lindo esas lonas allá cuando uno viene para acá? Eso se ve horrible”. Alexander insiste en el reduccionismo maniqueísta de lo “bello” y lo “feo”, sin problematizar los contextos y con la postura decidida de eludir múltiples elementos que transversalizan la relación entre comercio informal y espacio público, algunos tan básicos como: garantías laborales, dinámicas socioeconómicas y apropiación territorial.

Paradójicamente ese martes primero de abril la Alcaldía de Villavicencio estaba convocado un “Conversatorio sobre ventas ambulantes y espacio público”, diálogo que nunca se dio, por el contrario, se evidenció la enorme superficialidad de mis “colegas” con sus mediocres exposiciones pseudoarquitectónicas, pero ese será tema de una próxima columna. Dicho evento se llevó a cabo en el Parque Flores a la Memoria, sí, ese es el nombre y no “Plazoleta de las flores” como el negacionista de Baquero pretende imponer violentamente desconociendo a las víctimas de crímenes de Estado y a las víctimas del genocidio de la Unión Patriótica. Esa puesta en escena denominada “conversatorio” concluyó con el alcalde ufanándose de su hostil ataque en la mañana de ese día contra Camila Cañón, se pudo percibir el orgullo que sentía Baquero por lo que considera un acto casi heroico. Además, aseguró que después de semana santa empezará la intervención de la Plaza Los Libertadores y en dos o tres meses la de la Plazoleta Los Centauros, por lo que, con base en el evidenciado autoritarismo de Alexander; es apremiante acompañar a las y los comerciantes informales porque la vulneración de derechos y las arbitrariedades son pilares fundamentales del mal llamado gobierno “Villavo Somos Todos”.

Encabezado del Decreto 437 de 2018.

*Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición del medio.

David Díaz

David Díaz

Arquitecto, veedor de la Veeduría Popular de Villavicencio y cocreador de Vértice: un pódcast de crítica y opinión sobre arquitectura y ciudad.

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