Publicidad Política Pagada

Publicidad Política Pagada

La publicidad es un cáncer que corroe nuestras sociedades. Es una forma de propaganda que busca manipularnos para que consumamos productos y servicios que no necesitamos. En el caso de la politiquería, la publicidad se convierte en un arma para engañar a lxs ciudadanxs y que voten por candidatxs corruptos. En la región donde los chigüiros son expropiados de sus residencias por parques cosmopolitas, la publicidad política es un fenómeno particularmente vicioso, esta plaga utiliza todos los medios posibles para llegar a lxs votantes, desde vallas publicitarias con mensajes violentos y otros hasta jingles pegachentos. Su objetivo es crear una imagen falsa de ellxs mismxs, como si fueran personas honestas y competentes.

Esta contienda electoral es tan descarada que a veces parece una parodia, el contenido de sus campañas son tan ruines que es un insulto a la inteligencia de la ciudadanía de Villavicencio y del Meta. La publicidad ramplona de algunas candidaturas se basa en la repetición y la simplificación de imaginarios hegemónicos de un “mundo mejor” gracias a su inmaculada misión de servir y de actuar para su gente. Una vez que esta clase politiquera utiliza la publicidad para salvar su imagen, es más probable que otrxs políticxs corruptos sigan su ejemplo. Mi pésame a todas las personas que trabajan en sus comunicaciones.

La corrupción es la consecuencia natural y el hueso de este caldo de la unión de la politiquería y la publicidad. Estxs miserables cuentan con la ‘fortuna’ y la ‘bendición’ de sus patrones para invertir en cibertropas. Además, con la alcahuetería de algunos medios para impactar más. En la región de la Orinoquia, donde el joropo es tradición y la corrupción es un problema endémico, dentro de los atractivos culturales y turísticos que posee el departamento del Meta están las cuadrillas de San Martín; que es una especie de ballet ecuestre donde los integrantes de estos juegos buscaban rendir culto a las divinidades, acá lo hacen es para perpetuar su poder y sus deseos de extraer hasta el último peso del erario. Gracias a la publicidad cómplice esto ha contribuido a crear una cultura de impunidad. Lxs votantes se han acostumbrado a ver campañas publicitarias carentes de discurso, pero llenas de creatividad. Esto hace que la corrupción se naturalice y se perpetúe.

Ante este panorama, es necesario tomar medidas para combatir la publicidad política y la corrupción. Villavicenses y Metenses deberían ser conscientes de las tácticas que utilizan lxs politiquerxs para manipularnos. Además, debemos exigir a los medios de comunicación que sean más críticos y conscientes del daño colateral que produce su ausencia de ética periodística. En la región de la Orinoquia, artistas y activistas culturales tienen un papel importante que jugar, pueden utilizar su arte para denunciar la corrupción y la publicidad política.

En Villavicencio existen muy pocas producciones de arte contemporáneo y medios con propuestas específicas en abanderar la sátira política haciendo uso de un tono disruptivo, mordaz y visceral desde una perspectiva artística donde se reivindica la incomodidad como discurso. VMM (Villavo Me Mata) entiende el arte como una herramienta efectiva para reflexionar sobre problemáticas que afectan el tejido social. Como en toda Colombia, la politiquería, la publicidad y la corrupción forman un trío infernal que se alimenta de la ignorancia y la ingenuidad del electorado.

Villavo Me Mata documenta las artes plásticas y visuales, crónicas, perfiles periodísticos, reportajes, ensayos, cuentos, mitos, leyendas, poesía, patrimonio, música, la cultura disruptiva y todas las producciones editoriales y culturales que hayan ocurrido en la región en el transcurso de su historia y que han sido obviadas por el maltrato de la inmediatez, tanto en medios, instituciones y la costumbrista cultura popular.

El Fanzine ‘Publicidad Política Pagada’ es para docentes, críticos, teóricos, investigadores y cualquier desocupadx que quiera entender un poquito el arte contemporáneo. Es una droga ambulante y una blasfemia. Más bien, es la disertación consciente de la realidad de estos estafadores de esperanza y de futuro.

Imágenes del Fanzine ‘Publicidad Política Pagada’.

*Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición del medio.

Mauricio R. Apolinar

Mauricio R. Apolinar

Artista visual que no sabe dibujar y sin talento, un periodista cultural que no lee y no es irrelevante, coautor de un libro que nadie ha leído (Continuidad del horizonte), activista cannábico que no lo sabe pegar, codirector de un colectivo que nadie conoce llamado Villavo Me Mata y el editor de #Orinoco. O, al menos, eso es lo que digo cuando me presento. En realidad, soy un tipo que no sabe qué hacer con su vida.

Me destaco por mi actitud. Sarcástico y crítico recalcitrante. Soy el tipo de persona que siempre está criticando todo y a todxs, y nunca estoy satisfecho con nada. Soy un #ChirriConsciente que ha probado de todo, pero no ha conseguido destacar en nada.

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